La paternidad está llena de retos, preguntas y etapas que sin duda nos preparan en la vida, para un propósito más grande que el criar a nuestros hijos o asegurarnos de que lleguen vivos a la edad adulta. Y aunque nos lleva a puntos que nunca esperamos pasar, sin duda hay algo muy fuerte en nuestro interior que nos mueve y que es el motor de una fuerza inagotable.
Hoy en Todo Empieza en Casa quiero hablar de un superpoder y decisión que nos impulsa como padres.
Es increíble que aunque se han escrito millones de libros en el tema de la paternidad/maternidad, nunca alcanzaremos la clave completa para una paternidad perfecta. Y es por qué nunca seremos perfectos nosotros mismos, que no podemos pretender serlo en esta área llena de caídas y aprendizajes.
Sin embargo, creo fielmente que cuando nace un bebe, nacen unos padres llenos de un superpoder. Y es este que nos logra caracterizar a todos, madres, padres y guardianes legales.
Sin importar el estatus matrimonial, si eres padre o madre adoptiva, abuelo o familiar encargado de nuevas vidas. Es el AMOR quien nos une en esta hermosa labor.
El 90 % tenemos el amor en común como la fuerza para levantarnos y luchar por nuestros hijos.
Es este amor que nos lleva a poner todo el ser en pro de ellos. Es esta decisión quien permite que nos sacrifiquemos, muramos a nuestros propios planes y empecemos un objetivo y meta en común.
Muchas cosas alrededor pueden fallar, pueden volcarse a la vez, pero el amor nos sostiene y nos levanta para luchar. El amor nos dicta la más profunda oración y petición para el bienestar de nuestros hijos.
Hoy quiero decirte que no desfallezcas, no sé si te has equivocado en el pasado, o ya tus hijos crecieron y no fuiste la madre y/ o el padre que esperabas o ellos esperaban, nunca es tarde para reconciliar y sanar esa relación.
Tal vez estás leyendo y eres hijo, todos lo somos, espero que estas líneas te inspiren a regresar al amor, construir las bases de tu hogar basadas en el amor de Dios que todo lo puede y todo lo hace.
Es esa decisión que permite que impulsa, cuida, prepara, edifica, sana, protege, nutre y levanta.
Hoy juntos desde casa podemos volver a empezar, recargarnos de este superpoder y darnos sin límites, porque?, por qué sin duda este sacrificio no solo será para ellos, será una semilla grande y fructífera para todas las generaciones venideras.
Aprendamos a construir en nuestro hogar la mayor fuente de amor, por qué todo empieza en casa.
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